Una vez me puse tan nervioso que me pasé el día entero jugando y pintando sin hablar con nadie, al cabo de un tiempo solo hablaba con mis amigos: Orejotas, Lacitos y Ositito. Mi papá y mi mamá estaban muy preocupados, así que hablaron conmigo y me explicaron que lo importante no es la manera de hablar, que lo realmente importante era lo que quería decir.
Al principio no lo entendía muy bien, pero ya no me da miedo hablar con nadie y me encanta salir a jugar con mis amigos al parque. -Pgn.