lunes, 28 de abril de 2014

Un lugar llamado "Calma"

  La verde hierba me rozaba los pies, los tobillos; me hacía cosquillas. Iba descalza hacia un jardín lleno de flores de distintos colores, no sentía nada en mi interior, y eso me aliviaba. Una bonita fuente dorada presidia el jardín; nunca había visto una fuente de tales dimensiones; quise acercarme a verla de cerca, así que lo hice; conforme me acercaba el agua parecía cada vez mas dorada y con un brillo especial; toqué el agua y me entró sed.
  Tampoco pasa nada si bebo un poco, parece buena - pensé mientras bebía el agua dorada de la fuente.
  El primer trago me supo a poco; decidí beber más y sumergí la cara en el chorro de agua fresca que caía de una de las insignias que levitaba en el centro de la fuente. Ya estaba saciada cuando saqué la cara y leí en la placa de la fuente: Fuente de la felicidad. Me quité la ropa y me sumergí en aquel agua dorada y brillante; me sumergí hasta que dejé de pensar, de oír, de ver, e incluso de respirar, y entonces, mi cuerpo, inerte, pesado y muerto, salió a flote; y entonces, sentí la verdadera felicidad.  
-Pgn.

A mi amor ante la impotencia de mi corazón al sentir que le pierdo

 Como hace días que no te veo, he pensado que quizá no quieras saber de mí, pero bajo influencia de mi desesperación he escrito esto sólo y únicamente para ti; aunque quizá esté escrito sólo quede en mis recuerdos.
  Siento un gran vacío en mi interior y quiero que tú vuelvas cabe mí, pero no es lo único que siento, también una presión en el pecho qué bien me impide respirar, y lo único que me inquieta es que esto sea síntoma de tu traición con otra.
  ¿Te acuerdas que dijimos que lucharíamos contra cualquier tormenta que intentara ahogarnos?
  De todo lo que hemos pasado esto es lo que más me hiere; y desde hace tiempo te noto ausente.
  Durante toda mi vida nunca había creído que llegaríamos a este punto, en el que te amo tanto que es como si me estuvieran atravesando, poco a poco y dolorosamente, con un punzón el corazón; y entre tú y yo, esto que siento, los celos, me matarán de locura.
  Acaban de llamar a la puerta, espera paciente amor, me encaminaré allí y abriré la dichosa... Un momento, ¿eres tú? Escucho tu voz y no lo creo, hasta ahora solo había creído, mediante hechos, que no eras para mí, que no te merecía; y por alguna razón, por San Valentín supongo, apareció un pequeño haz de esperanza; porque lo que ven mis ojos, tan ciegos de amor y celos hasta ahora, y que no habían percatado era ese día marcado en el calendario; según mi memoria, fuiste tú, amor mío, quien puso ahí, en ese día tan especial y sin dudarlo ni un momento: FELIZ SAN VALENTÍN; pero no uno cualquiera no, so ese feliz San Valentín, se esconde otro gran acontecimiento: Nuestro aniversario; 3 años.
  Desde el otro lado de la puerta me dices que abra, yo sin rechistar obedezco ignorante de lo que pasará. Y es que sólo tú sabes cómo sacar lo mejor de mí.
  Te encuentro ahí de pie, al otro lado de la puerta, con una cajita negra sobre la cuál figura el nombre de una joyería; con lágrimas de alegría procedo a abrir la caja; y tras ella está lo mejor que me ha pasado en la vida, TÚ.  
-Pgn.

Profundo vacío

  Me siento tan débil, frágil y desnuda... No sé como decirte que no estoy segura de nada, no sé si somos nosotros o simplemente somos tú y yo, lejos el uno del otro.
  Solo tengo ganas de llorar; y  por más que lloro y por más que escribo de lo único que me doy cuenta es de que te quiero y te amo; pero no estoy segura de que esto vaya a salir bien, y me duele; me duele eso y más.
 Me duele el cuerpo por no querer vivir, por no saber quien soy, por sentir un vacío tan profundo que temo no poder encontrar salida, y tú no me crees, y no me apetece seguir escribiendo; solo me apetece dejar de respirar...
-Pgn.

miércoles, 16 de abril de 2014

¿Mi vida? Contigo

  Con cada beso que te doy te estoy diciendo que te quiero; con cada beso te ofrezco mi alma.
  Con cada caricia te muestro lo mucho que significas para mi, lo mucho que me dolería perderte.
  Con cada mirada me lleno de ti.
  Con cada suspiro me duele quererte.
  Con cada noche tengo más ganas de pasar el resto de mi vida contigo.
 -Pgn.
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