Nos despertamos sin fuerzas, cansados y sin ganas de tener otro día agotador, ni si quiera recuerdo cual era el plan para ese día, pero al final decidimos hacer el paseo en barco por el Sena; estuvimos todo el día en aquel maravilloso crucero, vimos todas las cosas importantes acompañadas de una pequeña pero interesante explicación de las historias más significantes de la ciudad; comimos allí, bajo el sol de París, y cuando llegó la noche volvimos a ver todo lo que ya habíamos visto pero con luces y un ambiente fantástico.
-Pgn.
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