Visitamos el arco del triunfo y el arco de la defensa, aunque antes de empezar a caminar desayunamos en los campos Elíseos, que bonitos. Primero fuimos al arco del triunfo, recuerdo que era una preciosa obra monumental; después, visitamos el arco de la defensa, que dos estilos tan distintos.
Vistos los dos arcos fuimos al museo del Louvre, creo recordar que era el museo más grande del mundo; nos tiramos allí lo que nos quedaba de mañana, y aun así no lo vimos entero. Comimos y nos dirigimos a Montmartre, conocido como el barrio de los pintores; situado en una colina de 130 metros de altura; allí se podían distinguir dos grandes áreas: el área de los sex-shop y los cabarets, como el Moulin Rouge; y el área más bohemia en la que se encontraba la basílica del sagrado corazón, que bonita...
Volvimos al hotel, cenamos, descansamos y fuimos a la ópera, en el palacio Ópera Garnier. Un ballet precioso...
-Pgn.
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