La verde hierba me rozaba los pies, los tobillos; me hacía cosquillas. Iba descalza hacia un jardín lleno de flores de distintos colores, no sentía nada en mi interior, y eso me aliviaba. Una bonita fuente dorada presidia el jardín; nunca había visto una fuente de tales dimensiones; quise acercarme a verla de cerca, así que lo hice; conforme me acercaba el agua parecía cada vez mas dorada y con un brillo especial; toqué el agua y me entró sed.
Tampoco pasa nada si bebo un poco, parece buena - pensé mientras bebía el agua dorada de la fuente.
El primer trago me supo a poco; decidí beber más y sumergí la cara en el chorro de agua fresca que caía de una de las insignias que levitaba en el centro de la fuente. Ya estaba saciada cuando saqué la cara y leí en la placa de la fuente: Fuente de la felicidad. Me quité la ropa y me sumergí en aquel agua dorada y brillante; me sumergí hasta que dejé de pensar, de oír, de ver, e incluso de respirar, y entonces, mi cuerpo, inerte, pesado y muerto, salió a flote; y entonces, sentí la verdadera felicidad.
Tampoco pasa nada si bebo un poco, parece buena - pensé mientras bebía el agua dorada de la fuente.
El primer trago me supo a poco; decidí beber más y sumergí la cara en el chorro de agua fresca que caía de una de las insignias que levitaba en el centro de la fuente. Ya estaba saciada cuando saqué la cara y leí en la placa de la fuente: Fuente de la felicidad. Me quité la ropa y me sumergí en aquel agua dorada y brillante; me sumergí hasta que dejé de pensar, de oír, de ver, e incluso de respirar, y entonces, mi cuerpo, inerte, pesado y muerto, salió a flote; y entonces, sentí la verdadera felicidad.
-Pgn.
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