Podría escribir sobre una bonita historia de amor, donde cada noche ella despertaba rodeada de besos, flores y mucho amor; pero eso no fue así, su vida estaba repleta de anocheceres con él y amaneceres de cama vacía.
Cada mañana, ella despertaba sola, se hacía un café amargo y se iba a trabajar. A menudo recordaba todas las relaciones que había tenido, todas acabadas en fracaso, y aunque ella se había vuelto a enamorar, sabía que él no sentía lo mismo.
Cada noche, él se presentaba allí, en su casa, discutían porque nunca se quedaba a dormir, después, él la llevaba a los restaurantes más caros y volvían a hacer el amor como cada noche, aunque a ella le parecía que a lo largo del tiempo disfrutaba más, quizá por la esperanza de no dormir sola otra noche más o quizá por el amor que sentía por él.
Y así pasaron sus noches: Llenas de cenas caras y amor barato.
-Pgn.
-Pgn.
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